¡Hola a todos/as!
Parece mentira, ya ha haya pasado un mes desde que comenzó
esta aventura.
18 de abril, a las 09.25h salía el vuelo hacia Barcelona,
donde haría una escala y cogería finalmente el avión que me llevaría a destino.
Ganas, ilusión pero, sobre todo, incertidumbre de no saber realmente qué me
podía esperar.
El día de la salida no podía creerlo. Ese sueño que llevaba
tanto tiempo deseando, iba a comenzar. Muchas emociones en un solo momento. Lo
tenía todo preparado, pero sentía que me faltaba algo… Cuando salía de casa,
recordé que no había comprado candado para la maleta de mano y, con las prisas,
cogí un par de bridas (ay…)
Llegó la hora de despedirse de la familia. Pasando por el
escáner, tuve que colocar la maleta de mano en la cinta automática y, como en
ella llevaba aparatos electrónicos, me pidieron que la abriera. Ahí comenzó
todo. Mi contestación fue que llamara al compañero de seguridad, y que trajera
tijeras o algún objeto cortante para romper las bridas jajajaja.
Embarque, asiento, ventana, nervios, turbinas, velocidad y
¡aaaaaarriba! Ya sí que no había vuelta atrás.
Llegada a Barcelona después de un vuelo con, incluso, turbulencias.
No tenía ni idea de dónde dirigirme, aquel aeropuerto era enorme. A las 12 aproximadamente,
comí y me relajé.
Más tarde, cogí vuelo con destino Rennes. En cuanto llegué,
compré cosas de primera necesidad para echar ese fin de semana (champús,
aceite, algo de pasta, sopas, agua, etc).
Cuando llegué al piso, me impresionó lo amplio que era. Tres
habitaciones, un salón inmenso, el lavadero, la sala de baño, un metro cuadrado
con puerta para el water. Las fregonas aquí son mopas, a la nuestra se les
llama vileda (ahora entiendo el por qué de la marca…). Aquí se almuerza a las
12 de la mañana (imaginad comeros un plato de puré, espinacas o un puchero a
esa hora…)
El colegio en el que estoy es muy bonito, pero la
metodología aquí es muuuuuy diferente a la de España (tengo la suerte de poder
contarlo por experiencia). Los niños y niñas aquí trabajan por grupos, no hay
actividades en común y, estas son más específicas (me refiero a que no se
suelen trabajar diferentes inteligencias al mismo tiempo).
Por otro lado, la convivencia en casa es muy buena. Estoy
con tres chicas de dependencia, y cada noche es un show. Estoy segura de que
esto no acaba aquí (hemos reproducido la película de la niña del exorcista, nos
hemos montado nuestra propia Semana Santa e, incluso, hemos hecho un amigo muy
cariñoso que es también de nuestro bloque. Él se sube con nosotras en el ascensor,
pero solo sabe decir una palabra: “miau”.
Hemos visitado muchas cositas, hemos ido a la playa, hemos
visitado varios castillos, hemos conocido la zona, hemos ido a un instituto a
que aprendan español, jajaja
La verdad es que estoy muy contenta, pero el tiempo me tiene
un poco loca: un día por la mañana puedo llegar a ponerme tres mangas, y por la
tarde tengo una, voy como las cebollas, soltando capas…
Hay paisajes realmente bonitos y, al lado de casa, hay un
bosque que me sirve como modo de relajación.
Espero poder contaros en la próxima entrada muchas cositas
más, y recordar este viaje como una de las decisiones más acertadas de mi vida.
Nos leemos muy pronto, ¡hasta lueguito!
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