Muchos besos y despedidas (incluida una gran sorpresa de mis
amigas que justo antes de irme me regalaron una caja de recuerdos para llevarme
a mi viaje), un vuelo hacia Milán, noche en un hotel, dos trenes… ¡Y por fin
llegamos!
El día 16 de Marzo llegué a la Parma, aunque debería decir
llegamos ya que mi padre viajó conmigo para ayudarme a instalarme y es algo que
le agradezco muchísimo.
Cuando llegamos a la residencia soltamos las maletas y fuimos
en busca de un supermercado para hacer mi primera compra. Tras preguntar en
varios sitios encontré a una farmacéutica que hablaba español y me indicó cómo
llegar al supermercado Panorama (está genial, casi siempre compro allí desde
que lo descubrí).
El día 18 mi padre volvió a España y yo pasé el día visitando
algunos lugares de Parma como el Parco Ducale para explorar un poco la ciudad.
El lunes 20 de Marzo me reuní con Cristina y Lucía y nos
presentaron a las coordinadoras en el Nido d’infanzia Pied Piper (donde
realizan sus prácticas otras chicas que también conocimos allí y son de Palma
de Mallorca), y nos enseñaron las aulas e instalaciones de la escuela infantil.
Finalmente nos dirigimos a nuestra futura escuela infantil
(Nido d’infanzia Fiocco di Neve) donde nos acogieron con una cálida bienvenida,
pastelitos y té, lo que hizo que desde un primer contacto comenzáramos nuestra
experiencia con muchísimas ganas e ilusión. Las coordinadoras nos presentaron
al resto del personal, nos dijeron cómo sería nuestra rutina y nos mostraron
las instalaciones de la escuela infantil.
Todas las instalaciones de la escuela infantil (aulas, salas
de reunión…) son geniales, pero lo que más me impresionó fue el enorme jardín y
la gran cocina donde preparan diariamente los menús para los niños/as.
Yo elegí formar parte de la sección mixta, que abarca las
edades de 1 a 3 años, por lo que se ve cómo los mayores ayudan a los pequeños y
todo tiene lugar en un ambiente de mucha autonomía. Desde el primer día me
sentí muy cómoda en la escuela infantil y aunque la primera semana fue la que
más me costó (por el idioma, habituarse a formas distintas de hacer las cosas…)
las educadoras siempre se han mostrado muy abiertas y dispuestas a ayudarte en
lo que necesites.
Durante este mes que llevo en Parma han tenido lugar las
vacaciones de Pascua, así que aproveché para moverme un poquito más lejos y
viajé a Génova, que es otra ciudad preciosa. También fui con Cristina y Lucía a
Bolonia, además de salir con ellas los fines de semana por Parma (plaza
Garibaldi, Parco Ducale…) ¡Hay tiempo para todo!
Hasta ahora ha sido una experiencia increíble… ¡A por el
segundo mes!
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