Mi erasmus comenzó el 11 de septiembre,
vine a realizar unas prácticas de 3 meses en una escuela infantil (Pifferaio
Mágico), todavía recuerdo lo nerviosa e ilusionada que llegaba a Parma.
Estaba loca por querer verlo todo, el
piso, mi compañera de piso, la ciudad, la escuela infantil… Llegué en coche
pues venía de pasar unos días con mi madre en Milán, y he de reconocer que al
principio no me llevé una buena impresión de la ciudad, ya que regresaba de una
ciudad grande y moderna.
Parma por lo contrario es una ciudad
pequeña, rústica, pueblerina, llena de vegetación; pero conforme la vas
conociendo te vas enamorando cada vez más de ella, te va embrujando cada
segundo con toda su cultura, su historia, su encanto. Animo a todos a que vengan
a conocerla, es preciosa.
Con respecto a la escuela infantil, no
tengo palabras para describir lo que sentí por primera vez cuando la vi, la
escuela está todo en una sola planta, tiene 6 clases, un aula para la
psicomotricidad, la oficina, el comedor, una habitación con baño y armarios
individuales para los educadores, un pasillo amplio con juegos, y un patio
enorme todo lleno de vegetación.
Tanto la coordinadora Lisa como mis
respectivas compañeras de trabajo me han recibido con los brazos abiertos, y me
han hecho sentir como si formara parte de la empresa desde siempre.
Eso no quita que al principio me agobiara
el no poder entender bien a los niños, ya que yo no tenía muchos conocimientos
de la lengua italiana y a su vez los niños al ser tan chicos (2-3 años) tampoco
sabían expresarse correctamente. Pero con mucho empeño e ilusión este agobio
desvaneció a los pocos días.
La segunda semana ya estaba cantando
canciones infantiles italiana y leyendo cuentos y hablando con los pequeñajos
como si estuviese trabajando allí hace tiempo.
Las educadoras me dieron mi enhorabuena
por la adaptación tan rápida que hice, ya que se veía los resultados en el
comportamiento de los niños, que rápidamente me cogieron mucho apego al igual
que yo a ellos. Y mis compañeras de trabajo no solo me lo
hacen saber a mí, sino que cuando tenemos reuniones con mi coordinadora,
bromean con el hecho de que me contraten y no deje que regrese a Sevilla.
Sin duda alguna cada día estoy más contenta de la decisión que tomé al aceptar la beca, seguiré dándolo todo con toda mi ilusión y mi cariño.
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