Último mes. Mes de viajes. Mes
de recordar y aprender, (aún más si cabe). Mes de despedidas. Mes de querer
hacerlo todo. Mes de no tener tiempo para nada. Mes de querer volver, mes de no
querer irse. Mes de últimos momentos. Mes
de sensaciones encontradas.
Estos 30 días se han pasado
muy rápidos, casi sin darme cuenta. De lunes a viernes trabajando sin parar,
intentando aprovechar todo lo posible los últimos momentos con mis compañeros y
con los pacientes. Llegar a casa y pensar que posiblemente sean los últimos
días que convivas con esos compañeros con los que has pasado tanto, ya sea
bueno o malo.
Los fin de semanas, como viene
siendo habitual, eran para viajar. Dublín, Galway, The cliffs of Moher,
Burren... Hacíamos lo que podíamos.
Justo en estos últimos días,
fue donde tuve la posibilidad de visitar el sitio más bonito (en mi opinión) de
Irlanda. Los acantilados de Moher. Lugar imponente, vistas
espectaculares y con compañía inmejorable.
¡Qué mejor que esto para
despedirse de un país tan increíble!
Ya solo queda dar las gracias por
la oportunidad, empezando por Rafa, pieza muy importante en todo este lío, y
terminando por Myriam, por escuchar y aguantar.
Go raibh maith agat.
See you soon, Ireland!
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