Ya
hemos llegado a la recta final de este increíble recuerdo que siempre
permanecerá en nuestras vidas.
Han
sido unos meses de esfuerzo, pero nos llevamos una gran experiencia dejando
atrás a personas, lugares y momentos maravillosos.
Sin
duda no nos arrepentimos de haber elegido el camino difícil, ya que esto nos ha
ayudado a crecer como personas y a saber ver la vida desde otra perspectiva.
Damos
las gracias a FUNDACIÓN DOLORES SOPEÑA por habernos dado esta magnífica
oportunidad de conocer el mundo laboral desde otro punto de vista y de otra
cultura.
Así
pues… os animamos a todos los que tengáis ganas de vivir un ERASMUS, dejad los
miedos atrás porque entonces será cuando comencéis a disfrutar.
En conclusión… La vida es corta y hay que vivirla.
Marina y Paula.
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